- 19 Septiembre, 2022
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De los 50 millones de personas con compromiso cognitivo en todo el mundo, un 60 a 70 % padecen de la enfermedad de Alzheimer. Si bien a la fecha no existe fármaco eficaz que modifique el curso de la enfermedad de Alzheimer, sí podría prevenirse o retrasarse. Por ello, es importante trabajar en aquellos factores modificables que pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores.
Para darnos mayores luces sobre esta enfermedad y cómo podemos prevenirla entrevistamos a Sheila Castro Suárez, médico neuróloga del Centro de Investigación en Demencia y Enfermedades Desmielinizantes del Sistema Nervioso del Instituto Nacional Ciencias Neurológicas (INCN), a propósito de conmemorarse el 21 de septiembre, el Día Mundial del Alzheimer.
¿Qué es la demencia y su relación con la enfermedad de Alzheimer?
La demencia es un término general, utilizado para describir una serie de enfermedades que afectan el cerebro y que empeoran con el tiempo. Las personas presentan compromiso de sus capacidades mentales, emociones y comportamiento que generan dificultades para vivir de forma independiente. Existen varias causas de demencia, siendo la enfermedad de Alzheimer la más frecuente.
¿Cuáles son los síntomas?
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta progresivamente el cerebro. Esta enfermedad puede producir principalmente pérdida de la capacidad para recordar, aprender, razonar, nombrar objetos y con el transcurrir de los años crea dependencia. Además, pueden presentarse otros síntomas como tristeza persistente, falta de interés por realizar actividades, irritabilidad, agitación, dificultades para dormir, ideas delirantes (creer que alguien le quiere robar sus pertenecías, que le quiere hacer daño, que los observan o que desean ir a su casa a pesar de estar en ella, etc.), alucinaciones, entre otros.
¿Por qué se produce la enfermedad de Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer se produce por la acumulación anormal de dos proteínas en el cerebro, una es conocida como amiloide y la otra como proteína Tau. La razón de que genera esta acumulación es desconocida, lo que sí se sabe es que empiezan a acumularse muchos años antes de que las personas presenten los primeros síntomas.
¿Cómo se diagnóstica?
Para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer es importante tratar de identificar el primer síntoma, así como seguir la progresión de los otros síntomas. Para ello, se debe contar en lo posible con un informante confiable. Será necesario además solicitar exámenes de laboratorio y neuroimágenes que nos permitan descartar otras causas de compromiso cognitivo. Luego de valorar los aspectos clínicos y de apoyo al diagnóstico, podremos aproximarnos y plantear la posibilidad de que el compromiso cognitivo es debido a una enfermedad de Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer solo se diagnosticaba definitivamente después de la muerte, cuando se estudiaba con el microscopio el cerebro, lo cual nos permite observar la acumulación de las proteínas anormales.
¿En la actualidad, hay pruebas que puedan medir la acumulación de proteínas anormales en el cerebro?
Actualmente, en el mundo existen exámenes especiales que nos permiten identificar estas proteínas anormales como la tomografía por emisión de positrones (amiloide y tau) y estudios en el líquido cefalorraquídeo que nos permiten cuantificar estas proteínas anormales. Estos estudios se emplean en investigación, aún no están estandarizados para la consulta clínica. Por otro lado, son poco accesibles, es decir, no están disponibles en países como el nuestro, tienen alto costo y son invasivos.
En los siguientes años, tendremos exámenes que identifiquen estas proteínas anormales a través de exámenes séricos (en sangre), que serán de gran ayuda para el diagnóstico de las personas con sospecha de esta enfermedad.
¿Se puede prevenir la enfermedad de Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer se desarrolla como resultado de múltiples factores. Existen factores de riesgo no modificables: personas mayores de 65 años y alteraciones genéticas (efecto mínimo) y los factores de riesgo modificables dentro de ellos tenemos: bajo nivel educativo, hipoacusia, traumatismo encéfalo craneano, hipertensión arterial, consumo de alcohol, consumo de cigarrillos/tabaco, obesidad, depresión, aislamiento social, sedentarismo, contaminación ambiental y diabetes.
En conjunto, estos 12 factores de riesgo modificables son responsables de alrededor del 40 al 56 % de las demencias en el mundo, por lo que teóricamente podrían prevenirse o retrasarse la enfermedad de Alzheimer. El potencial de prevención es alto y podría ser mayor en los países de ingresos bajos y medios como el nuestro dónde se producen el mayor número de casos de demencia.
¿La reserva cognitiva puede enlentecer la enfermedad de Alzheimer?
En términos sencillos podríamos decir que la reserva cognitiva es la capacidad del cerebro para tolerar mejor los efectos, cambios causados en las neuronas por una enfermedad. Se ha observado que algunas personas con enfermedad de Alzheimer soportan mayor cantidad de proteínas anormales antes de llegar a presentar los síntomas. Los resultados de estudios han mostrado que tener un buen grado académico, mantener actividades como la lectura, la escritura, relaciones sociales de forma activa, son factores que pueden influir en la reserva cognitiva y de esta manera influir en la presentación de esta enfermedad.
¿Se sabe que no hay cura, pero se puede retrasar el avance de la enfermedad una vez diagnosticada?
A pesar de los grandes esfuerzos realizados en investigación para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, al momento no se tiene un fármaco eficaz que modifique el curso de la enfermedad. Sin embargo, es muy importante trabajar en los factores de riesgo que hemos mencionado anteriormente aun cuando ya se ha presentado los síntomas de la enfermedad. El manejo de las personas con esta entidad debe darse de acuerdo con la evaluación de cada persona.
El tratamiento puede ser farmacológico y no farmacológico. Los medicamentos pueden ayudar a las personas con enfermedad de Alzheimer a prolongar al máximo sus funciones y a desenvolverse de forma independiente por un tiempo, mientras el tratamiento no farmacológico se basa en brindar educación, soporte a los cuidadores y familiares de las personas con demencia en la enfermedad de Alzheimer y de esa manera podemos ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes y familiares.
¿Puede darnos algunas recomendaciones para los cuidadores?
Ser cuidador de una persona con demencia en la enfermedad de Alzheimer puede ser gratificante, pero también es un desafío. Ver el deterioro progresivo de la persona podría generar dolor en los cuidadores (familiares y no familiares), hacer que pongan sus vidas en espera y podría limitar que sigan adelante. Es por ello que recomendamos que además de informarse sobre la enfermedad y de los cuidados que requieren sus seres queridos; deben también saber que deben cuidarse, pedir ayuda y saber que no están solos. El cuidarse, les permitirá cuidar mejor a las personas con demencia, deben priorizar su salud física, mental, emocional y tener mucha paciencia.
Oficina de Comunicaciones
Lima, 19 de setiembre de 2022.