- 30 Abril, 2021
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La pandemia de COVID-19 nos ha llevado a muchos a quedarnos en casa, donde mantenemos menos interacciones sociales y hacemos menos ejercicio. Esto puede tener consecuencias negativas para la salud física y mental.
La COVID-19 afecta de distintas maneras en función de cada persona. La mayoría de las personas que se contagian presentan síntomas de intensidad leve o moderada, y se recuperan sin necesidad de hospitalización.
En la actualidad la COVID-19 afecta el sistema respiratorio, pero también tiene impacto psicológico. En los peores casos, los cambios y las dificultades que llegaron con la pandemia pueden aumentar el riesgo de suicidio. Expertos creen que se debe a los duelos o pérdidas significativas acumuladas durante los últimos meses, como la muerte de seres queridos y la imposibilidad de salir a la calle sin miedo al contagio.
Del mismo modo, niveles de estrés, ansiedad elevada generada por el temor a contagiarse y estar en situaciones críticas de la enfermedad, pues los brotes de enfermedades infecciosas son uno de los tipos de desastres más angustiantes para manejar psicológicamente debido a la incertidumbre que causan.
Mantenerse en un estado de preparación para una amenaza durante un período prolongado tiene un costo real en nuestros cuerpos y mentes, por lo que es esencial reconocer y atender nuestro estrés para evitar que se vuelva abrumador.
-Manifestaciones psicológicas negativas de mayor frecuencia: Dentro de las manifestaciones reportadas con mayor frecuencia son:
-Impacto psicológico de la cuarentena en el personal de salud: Luego de períodos de cuarentena donde prestaron servicio asistencial, se ha reportado mayores niveles de estrés en comparación con el personal sanitario que no estuvo sometido a esta restricción. Se reportaron:
-Impacto psicológico de la cuarentena en niños y adolescente: Los niños son más propensos a desarrollar:
-Impacto psicológico de la cuarentena en adultos mayores
Estudios recientes confirman que el efecto del confinamiento en los adultos mayores, durante la pandemia de COVID-19 ha conllevado a un profundo deterioro de la salud mental en estas personas. En algunos estudios se reporta la existencia de:
Además, se ha observado un agravamiento de condiciones preexistentes, como la diabetes, hipertensión arterial, angina de pecho y eventos cardiacos, así como de condiciones psiquiátricas (trastornos depresivos, ansiosos, obsesivo-compulsivo, abuso de sustancias y déficit neurocognitivos). Sobre este último aspecto es importante señalar que posterior a la pandemia podría observarse un incremento en las quejas relacionadas con el funcionamiento cognitivo, incluso podría incrementarse el número de adultos mayores con síntomas demenciales o de deterioro cognitivo leve (DCL).
¿Cómo mitigar los efectos del aislamiento social y la cuarentena?
Brooks y otros, proponen cinco líneas de acción fundamental para la mitigación de los efectos psicológicos adversos que pueden aparecer luego de los periodos de cuarentena y aislamiento social:
Si bien resulta indispensable estimar el impacto psicológico negativo que la cuarentena y el aislamiento social tendrán en personas y grupos sociales, no se puede obviar a quienes transitan por esta situación y salen fortalecidos y saludables mentalmente. En ellos también debemos concentrarnos, porque en sus modos de afrontar el estrés, en su capacidad de adaptación a las circunstancias desfavorables, se encontrarán respuestas útiles para quienes reclamen ayuda de los profesionales de la salud mental.
¿Qué podemos hacer para manejar estas múltiples fuentes de incertidumbre y estrés?
Comencemos por reconocer que tiene sentido sentirse ansioso en estas circunstancias. No hay nada de débil o irracional en estos sentimientos, y aceptar ese hecho es el primer paso para manejarlos. Se recomienda entonces:
Algunas recomendaciones específicas en el hogar:
En término general, la evidencia indica que el establecimiento de períodos de cuarentena, si bien es una medida imprescindible, trae consigo consecuencias psicológicas que deben ser reconocidas y tratadas oportunamente. Una medida de cuarentena implica, inevitablemente, la restricción de la libertad de las personas, lo cual trae consigo importantes manifestaciones psicológicas que pueden impactar negativamente en el bienestar global de los individuos, no solo en el corto plazo, sino también durante mucho tiempo después de haber concluido.
Prever las consecuencias negativas del encierro, así como su manejo adecuado, es imprescindible durante todo el tiempo que dure la restricción. Además, resulta necesario fortalecer los servicios de salud mental, tanto en la dimensión asistencial como científica.
Conclusiones
Acciones tales como mantener a la población informada, facilitar canales de retroalimentación, garantizar los suministros básicos y facilitar estrategias de afrontamiento al estrés permiten minimizar los efectos negativos de un periodo de cuarentena. Las dificultades asociadas a la COVID-19 no concluirán 28 días después del último caso diagnosticado. Cuando llegue ese momento, se podrá tomar un respiro breve, pero faltará todavía mucho por hacer.
Lic. José Rodriguez
Lic. Soraya Angeles
Lic. Rebeca Wong
Lic. Maricruz Bravo
Servicio de Neuropsicología del INCN
INCN