- 13 Julio, 2021
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Los niños con trastorno por difícil de atención con hiperactividad (TDAH) que no son tratados oportunamente podrían presentar serias dificultades en su desarrollo, como disminución del rendimiento académico, problemas en la adaptación social y, como resultado, serias alteraciones emocionales; por ello la importancia de una intervención temprana, para que reciban un adecuado tratamiento.
El médico neurólogo del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN), Estuardo Melón, precisa que los riesgos a largo plazo de un niño con TDAH no tratado, podrían desencadenar también en trastornos depresivos, conductas conflictivas y/o desafiantes y dificultades para seguir normas.
En la actualidad, existen aún mitos sobre la existencia del este trastorno. Al respecto, el especialista es determinante al asegurar que el TDAH no es un invento para justificar el mal comportamiento de los niños, ni está relacionado con la indisciplina, ni mucho menos los padres son culpables.
Informa que el TDAH es un desorden del neurodesarrollo de implicancia neurobiológica reconocida, que se diagnostica en la infancia y puede permanecer a lo largo de la vida. Se caracteriza básicamente con déficit de atención, impulsividad e hiperactividad motora.
Aclara que lo que si puede suceder es que la familia del niño con TDAH puede mitigar o potenciar la aparición de ciertos problemas de conducta. “Por lo general, las familias de estos niños al estar desinformadas tienden a ser castigadoras, autoritarias y más negativas, muchas veces motivadas por la propia conducta del niño. Por lo que la modificación de esos patrones familiares será importante para facilitar el mejor desarrollo del niño”, resalta.
¿Todos los niños traviesos tienen TDAH?
No, pero es importante saber que algunos de los comportamientos que manifiestan los niños con TDAH, inicialmente pueden considerarse como normales en la mayoría de los niños. La diferencia radica en que los niños sin TDAH, los síntomas tienden a mejorar según crecen y pasan de la educación infantil a la primaria.
En ese sentido, dijo, es importante que a la hora de distinguir entre un niño con TDAH y otro sin TDAH, tener en cuenta la cantidad e intensidad de los síntomas, su permanencia en el tiempo y en diferentes situaciones.
En los casos de TDAH, las conductas hiperactivas e impulsivas, así como los síntomas de inatención, son más intensos de lo que se espera, se manifiestan en más de un lugar (colegio, casa, etc.) y, por lo general, suelen prologarse por más de 6 meses.
Es importante saber también que no todos los síntomas son iguales en todos los pacientes; estos pueden existir en diferentes niveles de severidad.
Sobre cuándo los padres deben solicitar ayuda profesional, el médico neurólogo sugiere que deben hacerlo siempre que observen problemas en el funcionamiento diario de un niño respecto a lo que se espera por su edad, o si es un niño que no consigue realizar sus actividades académicas de manera regular.
“No existe una edad “ideal” para acudir al profesional; esto dependerá de las características de cada caso. Sin embargo, el déficit de atención con hiperactividad se diagnostica por lo general a los cuatro o cinco años de edad”, acotó.
INCN